Fernando Fonseca Foundation
“La acción humanitaria no es caridad, es ayudar a vivir con dignidad”.
Nuestra Misión
Fernando Fonseca Foundation (FFF) tiene la misión de acturar desde nuestro entorno más cercano hasta las zonas mas remotas de pobreza extrema aportando y apostando por la salud de los niños discapacitados con problemas de movilidad de Manos o Pies
Acercamos soluciones sanitarias a quien no tiene acceso, para devolverle la dignidad como ser humano y mejorar las condiciones de vida de los grupos más desfavorecidos, abarcando todo lo necesario para poder disfrutar de la salud, como Derecho Universal.
Valores
FFF se crea para trabajar y difundir la cooperación como una filosofía para la vida y una forma de defender la justicia, promocionando los derechos humanos, especialmente los referentes a la salud, educación y desarrollo, ejes vertebrados de la convivencia pacífica.

Innovación, creatividad y optimismo
Como actitudes para la búsqueda constante de conocimiento con un espíritu permanente de observación y crítica constructiva de la realidad.

Excelencia
Entendida como el reto constante para alcanzar los máximos estándares de calidad en el servicio que prestamos a todos nuestros grupos de interés.

Conducta Ética
Entendida como la práctica y la difusión permanente de valores como la honestidad, la lealtad, la integridad, la independencia, la coherencia, la responsabilidad y el rigor científico. Con sencillez, humildad y humanidad.

Trabajo en equipo
Como valor fundamental para alcanzar los objetivos actuando con compromiso, respeto, igualdad de género, ayuda mutua, trabajo en red y transparencia para conseguir un liderazgo colectivo uniendo fortalezas y competencias. Transversalidad, interdisciplinariedad, multi profesionalidad. Perseverancia y resiliéncia para superar las adversidades.

Responsabilidad social y ambiental
Buscando la sostenibilidad de nuestras actividades audiovisuales, de cooperación, de sensibilización y formativas a partir de un impacto positivo en el bienestar de la sociedad civil y de respeto al entorno, actuando con responsabilidad y austeridad, pensando en las generaciones futuras.

Liderazgo
Manteniendo el compromiso de seguir liderando la transformación del conocimiento, fuente indispensable para el progreso. Incorporamos los valores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de Igualdad de género y los principios fundamentales de la Bioética.
Objetivos médicos, de formación y cooperación
El seguimiento de los pacientes discapacitados, sobre todo niñas, después de la etapa quirúrgica, es importante por su empoderamiento y por su salud social; la supervivencia, alimentaria y la educación.
Dar soporte medico actuando a nivel nacional o internacional siguiendo el camino que nos ha dejado el Dr. Fonseca en el tratamiento de patologias alrededor de las manos y los pies.
Formar medicos y sanitarios locales en zonas de conflicto.
Sensibilizar, formar y divulgar a nuestros conciudadanos con palabras e imagenes. Usando el soporte auidovisual como complemento a esta labor.
Crear trabajos audiovisuales medico-quirúrgicos de formación i de cooperación con contenidos alrededor de la salud

Objetivos de sensibilización
Contribuir a difundir entre nuestros conciudadanos y a nuestros niños, adolescentes y jóvenes una cultura de la solidaridad, la cooperación y el desarrollo, bases de la paz y la justicia participante o generando cualquier evento o actividad orientada a este fin. Actuación en escuelas, institutos y población en general para enseñar lo que es apoyar, comunicar, sensibilizar, cooperar y trabajar los contenidos: Género / Pobreza extrema / Discapacidad / Heridos de Guerra / Primeros auxilios / Medicina y Cine / Los sentidos / Manos y pies.

Objetivos audiovisuales
Apostar por la realización y producción de trabajos audiovisuales. Expresar, mostrar realidades sin transformarlas en documentales o contar historias de ficción con un compromiso para formar, divulgar, Documentar, publicar, exhibir, denunciar, mostrar y sensibilizar de cualquier forma en cine y tv incluyendo audio, video instalación, web , publicaciones, impresiones y nuevos formatos que vienen en el futuro para servir como reclamo, concienciación o sensibilización a la sociedad. Crear un archivo de imágenes sanitarias relacionadas con salud y cooperación como material de consulta o formación complementado con un canal de tv.
¿Por qué lo hacemos?
Por agradecimiento
La primera motivación para impulsarnos a ofrecer ayuda a quien lo necesite para tener el privilegio de haber nacido en Catalunya y tener derecho a un sistema de salud del primer mundo.
Por justicia
Cooperar no es un acto de Generosidad. No es un acto de Caridad. Es un acto de JUSTICIA.
Por compromiso humanitario
Ayudar a alguien a atravesar la dificultad es el punto de partida de la civilización. Sin desarrollo humano no podemos pretender tener evolución social. La civilización es una ayuda comunitaria.
Nuestra Motivación y Filosofía
La Compasión
Este impulso espontáneo que nos ayuda a entender que el sufrimiento no está por ser entendido sino por ser resuelto y es lo que nos motiva, con la mirada interior experimentando el “sufrimiento del otro”
La Acción Humanitaria
Utilizando el pensamiento humanista de cooperación en esta crisis humanitaria y sanitaria global para inculcar “la acción por los demás” como base de desarrollo.

Nuestra filosofía está basada en la acción y en la excel.lencia del trabajo que queremos prestar por la salud de los más desprotegidos .
Con las puertas abiertas a toda persona que quiera colaborar y trabajar con creatividad, amar con gratitud y ayudar a acceder al conocimiento, auténticas fuentes de una vida digna entendiendo que “ la acción humanitaria no es caridad, es ayudar a vivir con dignidad”.

La Fundadora
Josefina Sensada Boxader
Nací y viví mis años de infancia y adolescencia en un pequeño pueblo de interior de Cataluña. Mi infancia fue feliz, era la pequeña de tres hermanas y la favorita de mi padre de quien heredé el amor y el respeto por la naturaleza y todos los seres que la habitan.
Cuando cumplí 10 años, un accidente automovilístico robó la vida de mi amado padre y solo me aliviaron las cartas que recibia de una profesora que se fue a Africa a hacer de misionera con niños huérfanos. Olores y colores de un nuevo continente lleno de niños pobres y enfermos con ojos brillantes me ayudaron a enfrentarme por primera vez con la muerte y a aceptar el vacío que sentía en mi alma.
Ante la ausencia del padre, debido a la presión protectora de mi madre y hermanas me convertí en una rebelde adolescente «con causa».
Amante de los deportes de aventura y riesgo; esquí, escalada, montañerismo y motocross y para dejar constancia de esta etapa de rebeldía y riesgo a los 13 años pedí prestada una vieja Nikon al fotógrafo del pueblo para empezar a encuadrar trozos de la realidad capturando a mis compañeros de aventuras en su mayoría chicos.
En esta etapa forjé una personalidad resistente que me llevó a un camino hacia una profesión llena de rebeldes e incomprendidos, el cine.
Abandoné el hogar materno con motivo de comenzar mis estudios universitarios en Barcelona. Con mis estudios y prácticas cinematográficas empecé el camino de rodajes nacionales e internacionales que me aportaron experiencia y amigos en todos los continentes comprendiendo entonces que mi casa era el mundo y mi familia algunos de sus habitantes.
Aprendí a contar historias observando a grandes directores y actores en acción comprendiendo el hermoso oficio de cineasta que me enseñó a disfrutar, compartir, comprender y capturar la belleza de la diversidad.
Cruzando mares y continentes primero controlando la continuidad de los guiones para más adelante aventurarme en algo más complicado para una mujer, dirigir y organizar equipos de técnicos y actores tomando el rol de primer ayudante de dirección en grandes películas y publicidad coordinando y dirigiendo movimientos y acciones de coches, caballos, ejércitos y grandes masas de figurantes. No era fácil siendo mujer, aguantar tanta responsabilidad y presión. El estrés me llevó un día a la sala de emergencias de un hospital, momento importante para decidir tomarme unas vacaciones a tanta organización en la ficción y comprarme una pequeña cámara de video para acompañar a una amiga periodista de TVE buscando reportajes por el mundo.
Así empecé a dar mis nuevos pasos capturando trozos de “realidad “ de una forma totalmente freelance.
Mi sed, afán y necesidad de explorar algo más profundo de una forma personal y libre hizo que un tiempo después me aventurara sola a territorios desconocidos empezando por África para capturar la realidad con pasos firmes hacia un único objetivo claro; captar con la cámara historias que al alma hacían vibrar.


El mundo negro sufí de Senegal me abrió una puerta a algo mucho más profundo que desconocía; un amor que no era sensual, no era sexual, sino que fluía como un elixir entre ellos que los unía acompañado de una rapsodia de colores, olores y música que atravesaron mi alma. Sin saber nada, quedé cautivada por este descubrimiento que me inspiró a ir un poco más allá i capturar lo invisible, aquello que el ojo no puede ver.
Esta experiencia terminó trágicamente cuando me roban el pasaporte en Dakar quedándome sola, sin papeles y sin dinero en medio del caos de esta ciudad africana y donde aprendí a lidiar con el miedo. Acogida y protegida en el barrio más pobre de pescadores, conocí por primera vez la supervivencia y pobreza extrema y es a partir de este momento cuando abrí por primera vez mi corazón a la cooperación.
Unas máquinas de coser antiguas para ellos fueron las culpables de que contactara con Fernando al llegar a Barcelona. Necesitaba que me dejara un hueco en su camión cargado con equipo médico en una expedición quirúrgica que dirigía a la zona más pobre de Senegal, un viejo hospital de Velingara.
Al regresar él me propuso acompañarlo para hacer un trabajo audiovisual en su siguiente viaje humanitario como presidente de Médicos del Mundo a la zona más devastada por el tsunami en Sry Lanka. Con esta experiencia nuestras almas se reconocieron y nuestras vidas se unieron siendo compañeros de vida y cooperación.
Esta experiencia terminó trágicamente cuando me roban el pasaporte en Dakar quedándome sola, sin papeles y sin dinero en medio del caos de esta ciudad africana y donde aprendí a lidiar con el miedo. Acogida y protegida en el barrio más pobre de pescadores, conocí por primera vez la supervivencia y pobreza extrema y es a partir de este momento cuando abrí por primera vez mi corazón a la cooperación.
Unas máquinas de coser antiguas para ellos fueron las culpables de que contactara con Fernando al llegar a Barcelona. Necesitaba que me dejara un hueco en su camión cargado con equipo médico en una expedición quirúrgica que dirigía a la zona más pobre de Senegal, un viejo hospital de Velingara.
Al regresar él me propuso acompañarlo para hacer un trabajo audiovisual en su siguiente viaje humanitario como presidente de Médicos del Mundo a la zona más devastada por el tsunami en Sry Lanka. Con esta experiencia nuestras almas se reconocieron y nuestras vidas se unieron siendo compañeros de vida y cooperación.
A su lado conocí a “Alís” por todos los continentes.

Con la cámara a su lado confirmé y reforcé mi sentido de expresión como cineasta observando y capturando a este trabajador de la cirugía de pobres que, como conductor silencioso, llevó a cabo sus expediciones quirúrgicas con convicción y compromiso con el afán de ayudar a la humanidad ofreciendo en las zonas olvidadas de pobreza extrema los derechos básicos de salud para los niños, dejando tatuajes sagrados en sus pequeños cuerpos maltrechos por la pobreza extrema.
El me ayudó a encontrar un propósito concreto en mi vida como cineasta y juntos creamos una productora para hacer documentales de sensibilización llegando a ser dos almas hambrientas unidas por el amor a la cooperación y ayuda humanitaria, creando un punto de unión de manos que curan y ojos que miran. Una danza entre el bisturí y la cámara siguiendo “Alís “por el mundo. Combinando la realidad de la enfermedad en la pobreza captada con belleza y dignidad llevó algunos de nuestros trabajos audiovisuales a festivales compaginando con la otra pasión, la formación. Durante diez años, nuestro apartamento en Barcelona es solo el lugar de descanso entre viajes. Campamento base para organizar expediciones, llenar maletas de medicamentos e instrumentos quirúrgicos, coordinar expediciones, editar y publicar documentales.
Encuadrando su trabajo como cirujano ortopédico, especialista de manos y microcirugía con niños heridos de guerra, discapacitados y pobreza extrema aprendí a ser más “humana”.


Como cineasta, creo que tuve el privilegio de capturar en algún instante el guiño del alma de este buen hombre, fiel a su promesa de infancia en busca de justicia.
Compartiendo emociones, opiniones y profesión en todo momento formamos una extraña combinación que formaba un matrimonio de mentes libres y creativas que crecía con el intercambio y la comprensión.
Pero en el año 2010 un rayo cayó del cielo y Fernando fue diagnosticado con un tumor en el cerebro y todo cambió.
Para mí este fue su punto de inflexión tomando la decisión más importante de mi vida al sentir un compromiso hacia quien había dedicado toda una vida a curar a los demás. Convirtiéndome en su cuidadora.
Y nuestro campamento base, nuestro apartamento, con la enfermedad se convirtió en un hogar, donde la cocina comenzaba a funcionar, lavadoras, ropa tendida, momentos de calma, fatiga, dolor y luz encerrados en casa las 24 horas del día Allí empezó el gran viaje de mi vida, un viaje interior que me ayudó a comprender con calma y serenidad el proceso con el que Fernando asumió la degradación física que paulatinamente fue generando su enfermedad.
Tanta dignidad hacia su enfermedad me conmovió hasta el punto que me atreviera a pedirle registrar aquellos momentos de belleza, luz, paz y amor que me regalaba hasta sus últimos días de vida.
La vida cambió para mí después de que Fernando viajara a su estrella, sumando que tres meses después falleció mi madre.

Un vacío profundo, el vacío me condujo a una introspección y un tiempo de recuerdo en casa cuando gradualmente empecé a descubrir cartas, poemas y secuencias de videos de Fernando. Los recuerdos, imágenes y fantasías de mis propias percepciones empezaron a llenar los huecos entre las luces y sombras que buscaban unir lo visible e invisible mientras mi vida continuaba sin Fernando. E intentaba con mis lágrimas regar la hermosa semilla que me había dejado como herencia, su” legado” del humanismo por bandera i la cooperación como profesión donde concentrado en su interior estaban las palabras coherencia, gratitud y compasión que a su lado comprendí tan bien.
Después de cinco años de duelo recuperé aquella niña salvaje que me invitaba a asumir un nuevo riesgo y enfrentarme al gran desafío; la necesidad de contar una historia, la historia de Fernando a través de su infancia y quien le marcó su camino de vida, Alí.
Aunque él me había hablado mucho de su etapa de niñez en el norte de Marruecos, yo tenía muchas lagunas de su feliz pero convulsionada y atormentada infancia hasta que ordenando sus cosas encontré un diario personal de sus experiencias y reflexiones personales con su padre y de su amigo Alí en esta etapa tan importante de su vida y es en este momento cuando entendí que era mi compromiso hablar sobre la vida y la muerte a través de su infancia-.
Pero antes de enfrentarme a su infancia entendí que debía hacer lo más grande y más importante, cuidar, abonar y regar bien la semilla para verla germinar y así poder tener el regalo de observar, oler y tocar un día su bella flor.
Y como siempre no fue fácil, se me ocurrió presentar el proyecto de la Fundación el 27 de febrero del 2020; MEDICINA Y CINE, sin saber que dos semanas después entraría en una etapa de confinamiento sola en casa y una manera nueva de vivir y de conectar con la gente a través de una única ventana, que yo antes tanto detestaba, la pantalla de mi ordenador.
Y fue entonces cuando comprendí una de las frases que Fernando repetía “en la adversidad esta la auténtica creatividad para transformar la tristeza, impotencia, rabia, y dolor en arte”.
Y convertí todo el año 2020 de restricciones y pérdida de libertad en darle forma y contenidos a los cinco pétalos de esta flor de la Fundación. Y lo más importante; encontrar a las personas adecuadas para acompañarme a llenar estos pétalos de ciencia y arte; de cirugía, de danza, de poesía, de medicina, de cine, de amor.
Por fin el día 23 de abril del 2021, día de Santa Jordi, acompañada de todos mis compañeros de viaje tuve el privilegio de firmar ante notario los estatutos de la Fundación.
Y mi sueño se hizo realidad, empezar a oler, tocar y observar nuestra rosa.